WhatsApp, mentiras y sexo: empresas españolas pagan miles de euros por ‘rescatar’ a sus directivos
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El hackeo de la aplicación de mensajería es una práctica que se está convirtiendo en habitual en el mundo de las grandes corporaciones.
“Hola, soy Ana, me recordarás de la universidad, me ha dado tu número Pedro, me gustaría retomar el contacto”. Un inocente mensaje de WhatsApp de una supuesta ex novia de la etapa estudiantil puede comenzarlo todo.
El incauto interlocutor acepta el intercambio de mensajes y se embarca en un tórrido intercambio de frases con Ana (no es su nombre real), llegando al punto de realizar todo tipo de charlas picantes que terminan con el afectado mostrando toda su “pasión” en una video llamada a través de este sistema de mensajería instantánea.
Un vídeo que por supuesto es registrado por Ana y por el cual se le piden decenas de miles de euros unos días después. De mala gana el hackeado – un alto directivo de una gran corporación española – paga el rescate y evita que se conozca el escándalo: está casado, tiene hijos y una reputación pública que proteger.
No estamos hablando de una historia de espías, es un caso real que ha sucedido a un primer espada de la empresa española y un ejemplo de hasta dónde pueden llegar las intervenciones fraudulentas de WhatsApp, probablemente una de las redes sociales más inseguras del mundo, pero la más utilizada con más de mil millones de usuarios en todo el planeta.